miércoles, 21 de marzo de 2012

Texto

"Lo habían traído de madrugada. Y ahora era ya entrada la mañana y él seguía todavía allí, amarrado a un horcón, esperando. No se podía estar quieto. Había hecho el intento de dormir un rato para apaciguarse, pero el sueño se le había ido. También se le había ido el hombre. No tenía ganas de nada. Sólo de vivir. Ahora que sabía bien a bien que lo iban a matar, le habían entrado unas ganas tan grandes de vivir como solo las puede sentir un recién resucitado. Quién le iba a decir que volvería aquel asunto tan viejo, tan rancio, tan enterrado como creía que estaba. Aquél asunto de cuando tuvo que matar a Don Lupe. No nada más por nomás, como quisieron hacerle ver los de Alima, sino porque tuvo sus razones."

ErrorCorrecciónRegla
elélPor que es un pronombre
solosóloRegla de las homofonas
aquélaquelEsta acompañada de otra palabra

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